Bueno, pues el curso se
termina, y esta es la última entrada en este blog, que nos acompañó durante dos
años. Hoy, teniendo en cuenta el autor que hemos visto recientemente, Karl
Marx, hablaremos de la definición de “trabajo”. Primero comentaremos la definición
de trabajo para Karl Marx: El trabajo es la capacidad para transformar la
naturaleza, humanizarla, y lo entiende como la esencia del ser humano. Solo a
través del trabajo nos sentiremos plenamente realizados. Marx se aleja bastante
de la definición usual de trabajo. El ser humano entiende por trabajo, o al
menos en su mayoría, a aquello que le hace levantarse de su cama todos los
días, para hacer siempre lo mismo, y no participar en la elaboración final del
producto; esto es culpa de la sociedad capitalista en que vivimos, que nos
alinea, nos cosifica, haciendo que sintamos la esencia, nuestra esencia, como
algo ajeno a nosotros.
Por extraño que parezca, y corrigiendo la idea
equivocada que muchas personas tienen, el trabajo no es visto por la Iglesia
Católica como un castigo. Es fácil pensar que el trabajo puede considerarse el
castigo que Dios impuso a Eva y Adán por su falta, y que ahora arrastra a toda
la humanidad a tener que trabajar para conseguir lo que antes Dios daba gratis.
Pero esto es sumamente erróneo, pese a que, insisto, en el relato del Génesis
se hace una descripción del trabajo como la que acabo de realizar.
Contrariamente la Iglesia Católica define al trabajo como una de las
características definitorias del ser humano pues es una capacidad que solo él
posee, y solo a través del trabajo entre todos seremos capaces de sacar
beneficio mutuo y dominar la naturaleza que el Señor nos ha puesto a nuestros
pies. ¿Esta no es muy parecida a la definición marxiana de trabajo? En resumidas
cuentas, el catecismo de la Iglesia Católica define al trabajo como una
característica de las más definitorias del ser humano, no siendo la esencia,
pues ésta es el alma, pero siendo una parte vital del hombre para ser realmente
un hombre.
Esto nos hace ver que el comunismo tiene muchas
similitudes con el cristianismo, y ahora entonces hablaremos del comunismo
cristiano. Entendemos a este movimiento como una teoría política basada en las
enseñanzas originales del cristianismo, fundado ya con la aparición del grupo
de apóstoles en torno a Jesucristo. Podemos decir que el comunismo cristiano
está totalmente de acuerdo con las tesis marxistas, a excepción de la parte
antirreligiosa. El comunismo atenta contra toda estructura de poder, su fin
final es la abolición del Estado y la igualdad, en cambio el comunismo
cristiano no opta por la eliminación de la jerarquía eclesiástica. Pero
coinciden en el concepto de alineación, en la posibilidad de abolir la sociedad
capitalista, pero el comunismo cristiano se quedaría en la instauración del
Estado Socialista.
Son muchas las ejemplificaciones bíblicas que
podemos encontrar para defender que el comunismo lo inventó Cristo, o mejor
dicho, que este es inherente al ser humano: Jesús se reúne con sus apóstoles
frecuentemente para compartirlo todo, Jesús se arrodilla ante sus apóstoles
para lavarles los pies, Jesús define a los cambistas y cobradores de impuestos
como mentirosos, falsos y ególatras, Jesús remarca que es más fácil que un
camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el Reino de los
Cielos, Jesús le dice al mundo: quien me quiera seguir que deje atrás todo,
cargue con su cruz y lo haga, Jesús repitió miles de veces no hagas a los demás
lo que no quieras que te hagan a ti, sustituyendo la ley de Talión, al morir
Jesucristo y fundar la Iglesia en Pedro, no solo le dejo a este la tarea de
gobernar, sino también al resto de apóstoles, que de hecho ejercieron una
racionalización de los bienes comunes, y empezaron a vivir juntos por el temor
a los judíos…Podemos decir que la esencia del comunismo se encuentra en los
textos bíblicos, y que aunque muchas veces los cristianos no hayamos alejado de
la esencia, esta es la que es, y no la podemos negar. Cuando el cristianismo,
tras el Edicto de Milán, fue reconocido como la religión oficial del imperio,
comenzó su andadura hacia la acumulación de poder, la lejanía con la sociedad
real, y la pérdida de su esencia
Reflexión personal: Soy la primera persona en
reconocer que los cristianos en muchas ocasiones no actuamos como lo haría
nuestro líder, Jesucristo, sino como las enseñanzas de la Iglesia nos guían.
Pero quizás, si el comunismo no hubiera atacado desde sus inicios a la
religión, llegando a definirla como el opio del pueblo, o llegando a afirmar
que Dios es un invento de los hombres, la relación de los cristianos
practicantes con esta ideología sería muy diferente. Como dice el Papa
Francisco, los cristianos estamos condenados que ser perseguidos, como así lo
fue Jesucristo, porque la envidia en la defensa hacia los valores que
defendemos es muy grande.