Falacia: Argumento falso pero aparentemente verdadero
para inducir a error o engaño. Este tipo de artimañas se utilizan
constantemente en las noticias actuales. Este tipo de argumentos, que no dejan
de ser eso, tipos de argumentos, son cada vez mas utilizados en los medios de
comunicación. Y no solo en las noticias sino que también los políticos son muy
propensos a usarlas, como vemos a continuación:
1. «No pueden tener
sanidad si no pagan a la Seguridad Social». Falso. La sanidad ya no se financia con cargo a la Seguridad
Social, sino con los impuestos. Cualquier persona que viva en España, con o sin
papeles, paga impuestos desde el momento en que consume y compra, por ejemplo,
una simple barra de pan. Además, si aceptamos que el pago de la Seguridad
Social es requisito imprescindible para la sanidad pública, ¿tendrían derecho a
ella los parados?
2. «Nadie va a
quedar desatendido porque los inmigrantes podrán ir a urgencias». Falso. Si el Gobierno pretende ahorrar 500 millones de euros
-una cifra exagerada que no ha explicado-, es obvio que será a cambio de negar
servicios y asistencia a los inmigrantes sin papeles. Si la asistencia fuese la
misma, ¿cuál sería el ahorro?
3. «Los inmigrantes colapsan la sanidad». Falso. Van al médico bastante menos que la media porque son más
jóvenes y porque algunos temen ser expulsados del país. Acuden a las urgencias
cerca de un 50% menos.
4. «Abusan del
turismo sanitario». Falso. Mezclar a los
inmigrantes sin papeles con los ciudadanos de países ricos de la UE que vienen
a España a operarse es desviar el debate. La atención sanitaria a los europeos
que vienen a España no se regala: ya se factura a sus respectivos países.
Además, la buena sanidad pública española es un argumento a favor del turismo
-nuestra principal exportación-, especialmente entre los jubilados europeos que
se gastan su pensión en la costa.
5. «En otros países
europeos tampoco se les atiende». Es una media verdad. Lo que se omite es que son países como
Polonia, Chipre, Eslovenia o la República Checa, mientras que en Francia,
Bélgica, Portugal o Italia sí reciben atención sanitaria. El debate es otro:
qué clase de Europa queremos ser.
No es
novedad que los medios de comunicación utilicen continuamente falacias para dar
sus noticias. Como bien sabemos, cada cadena, cada radio, es de una ideología,
y todas ellas intentan barrer para casa, como pudor aparte, es lógico. No es lo
mismo ver un telediario en la Sexta, que en la 13tv. Por lo tanto diríamos que
en cierta medida, todos los medios de comunicación mienten. Luego también
encontramos un elemento de autoridad, de “grandes reporteros”; si una noticia
es dada por algún gran reportero, es seguro que se le va a hacer caso. Es lo
que se conoce como argumento de autoridad.
Ejemplos de
las 14 falacias mas “famosas”:
1.- Falacia de composición.
Esta se produce cuando atribuimos a un
conjunto cosas que solo son ciertas para las partes. Es decir, que todos los
ingredientes sean deliciosos no significa que necesariamente la salsa lo será
también. Es cierto que si bajo los precios de mi producto, gano mercado; pero
si todos los productores lo hacen, dejo de ser el más barato, ya no tengo más
clientes ni más cuota de mercado, y gano menos porque vendo lo mismo a un
precio menor.
2.- Falacia del
“argumentum ad hominem”.
Otra falacia es el “argumentum ad
hominem”. No descalifica las razones, sino a la persona que las emite.
.
3.- “Falacia de la
división”.
Lo contrario de la “falacia de
composición” es la “falacia de la división”, esto es, atribuir a las partes las
propiedades del conjunto. Si la iglesia católica es buena todos sus miembros lo
son.Como ocurre en un equipo de futbol ganador, digamos el Barcelona que se
sostiene en las genialidades de Messi y unos cuantos más, el gobierno de Peña
Nieto se basa en lo que hacen, básicamente, el propio presidente y sus
secretarios de Hacienda (Luis Videgaray), Gobernación (Miguel Ángel Osorio
Chong) y el procurador general de la República (Jesús Murillo Karam). Los otros
secretarios parecen no existir, y algunos aparecen solo para equivocarse, como
el encargado de los asuntos de seguridad pública, Manuel Mondragón.
4.- “Falacia del
francotirador”.
Existe la “falacia del francotirador” que
manipula las premisas y los datos hasta ajustarlos a la conclusión que se
desea. En 2012 el PRD obtuvo más votos que el PAN, el PT, el Verde, el Panal y
Movimiento Ciudadano, pero menos que el PRI. Así las cosas, el PRD, dicen sus
dirigentes basados en estadísticas, es la segunda fuerza electoral en México. Falso.
Sin Andrés Manuel López Obrador como candidato, el PRD habría sido superado por
el PAN y hasta por el Verde.
5.- Falacia del
“argumentum ad ignoratiam”.
Curiosa falacia es la del “argumentum ad
ignoratiam”, esto es, la de afirmar que algo es verdadero porque no se ha
probado su falsedad. Dios existe porque nadie ha demostrado que no exista.
6.- Falacia “plurimun
interrogationum”.
Del mismo tipo es la falacia “plurimun
interrogationum”. Esta se da cuando, en una pregunta compleja, se incluye una
interrogante que lleva implícita una afirmación que, bien vistas las cosas,
aumenta las dudas.
¿Recuerdan cuando Enrique Peña Nieto
vendió el petróleo mexicano a los extranjeros en el Financial Times?, Esa
pregunta supone que: a) que Peña Nieto ya vendió el petróleo, b) que lo anunció
en el diario británico en una entrevista y c) que los compradores fueron
extranjeros.
Es una pregunta que implica varias
incógnitas:
¿En serio ya vendió el petróleo Peña
Nieto?
¿Cuándo se reformó la constitución
mexicana para que pudiera hacerlo?
¿Por qué lo anunció en un diario
especializado en finanzas antes de ser candidato presidencial?
¿Qué extranjeros lo compraron?
Si ya lo vendió, ¿por qué los mismos
analistas y políticos que lo afirman dicen que Peña Nieto quiere la reforma energética
para poder venderlo?
7.- Falacia de “la
verdad a medias”.
El mismo ejemplo puede servir para
explicar otra falacia, “la verdad a medias”, que es falaz en lo que omite no en
lo que enuncia. Lance Edward Armstrong ganó injustamente varios Tour de Francia
porque se dopó. Es verdad que consumió drogas, pero todos los ciclistas con los
que compitió también lo hicieron. ¿Por qué solo se castiga a Armstrong? Dicen
los comentaristas que es inmoral que México, un país con tantos pobres,
produzca cada día más multimillonarios. Lo que no dicen es que cada nueva
empresas de esos y otros empresarios contribuye más que cualquier programa
público a generar empleo y, por lo tanto, a disminuir la pobreza. Tampoco se
detienen a subrayar el hecho de que la pobreza está más asociada al crecimiento
demográfico que a la “maldad” de los capitalistas.
8.- La falacia del
“falso dilema”.
La falacia del “falso dilema” es bíblica:
“El que no está conmigo está contra mí y el que no recoge conmigo, desparrama”.
Los izquierdistas de Morena son expertos en eso: si no estás totalmente con
ellos, eres un traidor. En el PRI piensan lo mismo: si no apoyas solo al
gobierno de Peña Nieto, estás en contra.
Pareciera que está prohibido pensar, al
mismo tiempo, que Andrés Manuel López Obrador es un gran líder de oposición y
Enrique Peña Nieto un gran presidente de México. Los que lo afirmamos somos mal
vistos por los simpatizantes de ambos grupos. Lo cierto es que una afirmación
no niega la otra. Que AMLO sea un gran líder no refuta que EPN sea un gran
presidente, y al revés.
9.- Falacia
del “petitio principii”.
Esa falacia se parece a la de “petitio
principii” (petición de principio) o argumento circular en el que la conclusión
ya está incluida en una de las premisas, como el decir que toda acusado de
herejía es necesariamente culpable, ya que dios nunca permitiría que quien no
es un hereje fuera acusado de serlo.
Cuando, en las redes sociales, me acusan
de “vendido” al gobierno y “traidor” a AMLO solo porque creo que Peña Nieto
está haciendo bien las cosas, la prueba que se exhibe para probar mi
culpabilidad es que Andrés Manuel me “corrió” de Morena, algo que no recuerdo
que haya ocurrido, pero tuvo que haber sido así ya que por algo los que nada
saben me acusan de haber traicionado al movimiento.
10.- Falacia de las
“citas fuera de contexto”.
Son también una falacia las “citas fuera
de contexto”. Como utilizar una frase de Einstein (“No creo que dios
juegue a los dados”) para probar que este científico tenía ideas religiosas.
11.- Falacia de
los “argumentum ad invidiam”, “argumentum ad metum” yargumentum ad
odium”.
Los “argumentum ad invidiam” (argumento
dirigido a la envidia), “argumentum ad metum” (argumento dirigido al miedo) y
“argumentum ad odium” (argumento dirigido al odio) apelan a las emociones para
que tesis falsas sean consideradas verdaderas. La propiedad es un robo. Si es
hijo de rico es un junior inútil. Los herederos son malos empresarios porque no
se hicieron desde abajo, solos, sin ayuda. Si se aprueba la reforma energética,
el petróleo dejará de ser del pueblo y solo se enriquecerán los políticos
ladrones del PRI y sus cómplices de las trasnacionales. El presidente del PRD,
Jesús Zambrano, es un perro vendido porque participa en el Pacto por México
12.- La falacia del “wishful thinking”.
La falacia del “wishful thinking” es
terrible porque se basa en la exaltación del optimismo irracional o en la
obsesión de que los deseos se conviertan en realidades. “Morena, única
esperanza para el pueblo de México”, ha dicho AMLO. “No solo venimos a
gobernar, sino a transformar a México”, ha dicho EPN.
13.- la falacia
“argumento ad verecundiam”.
El “argumento ad verecundiam”, en la que
para intimidar al adversario se apela a la vergüenza o a la reverencia. Si un
intelectual mexicano dice, aunque nada conozca del tema, que la reforma
energética privatiza a Pemex, es la verdad y punto. No se trata de la autoridad
del que sabe y, por lo mismo, humildemente admite que se puede equivocar; por
lo tanto, de la autoridad de alguien con el que se puede discutir. Es más bien
la autoridad del que manda y no se equivoca. Si Jenaro Villamil dice que Peña
Nieto es un producto de Televisa, lo es y se acabó. Por lo tanto, si Villamil
dice en Proceso que la reforma a las telecomunicaciones es una trampa que nada
cambiará en México, hay que creerle sin cuestionarlo.
14.- Falacia del
“argumento ad populum”.
Otra falacia es el “argumento ad populum”
o la “falacia de apelación a la multitud”. Se trata de una simple variedad de
la falacia “ad veredundiam”. En ella el lugar de la autoridad reverenda lo
ocupa la opinión de la mayoría, que se toma como la palabra de dios. El pueblo
es bueno y nunca se equivoca, dicen en la izquierda. En el PRI y en el PAN nada
hacen si no ven antes las encuestas. Y si las encuestas no los autorizan, los
buenos proyectos se guardan. Para los políticos, solo es verdad la opción que
mayores porcentajes logra en las encuestas.
Correcto (por los pelos). Como sabes perfectamente esta entrada es muy poco creativa:
ResponderEliminarhttp://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/cinco-falacias-sobre-sanidad-inmigrantes-2194683
http://www.sdpnoticias.com/columnas/2013/03/20/14-falacias-politicas.
Saludos